Ajedrez es arte (o no...)

En este mundo hay dos tipos de personas. Las que creen que el ajedrez es arte y las que no.


Si opinas que no, te respeto, pero esta web no es para ti.

No te será difícil encontrar en internet alguna web con ajedreces de imitación, de plástico, importados, fabricados en la china o en india, siempre bastante más baratos.

Te lo anticipo.

En estos mercadillos te intentarán vender algún libro para aprender las mil y una aperturas que tu cuñado cree que domina.

También algún curso online de un ex-gran maestro en decadencia, con la promesa de convertirte en el nuevo Magnus Carlsen, en menos tiempo que tardas en hacer el mate del pastor.

No me jodas.


Si crees que el ajedrez es arte, quédate. Puede que lo que te voy a contar te interese.

En primer lugar, quiero decirte que no estás solo.

Cientos de personas reales con nombres y apellidos piensan como tú.



Es más, las mejores leyendas de la historia también han creído en esto.

El cubano José Raúl Capablanca, considerado el mayor talento natural de este juego, dijo: “El ajedrez es indudablemente el mismo tipo de arte que la pintura o la escultura”.

También el mítico Booby Fisher, en algún momento de sobriedad (o no), afirmo: “El ajedrez es ciertamente un arte, aunque yo no pensaba en ello”.

Otros jugadores históricos como Mikhail Tal, Mikhail Botvinnik o Anatoly Karpov se pronunciaron al respecto. Si no me crees, puedes buscarlo en Google.



Después de leer estas citas pensarás que para que el ajedrez se convierta en arte debes ser un auténtico crack.

No es cierto y te voy a contar un secreto.

Soy bastante malo jugando al ajedrez, sin paliativos.

Aun así me encanta jugar y pienso que el arte en el ajedrez va mucho más allá de tu nivel.



El arte en ajedrez está en ganar una partida a tu mejor amigo como si estuvieses en la final del campeonato mundial de Sevilla 87.

El arte se halla en regalar a tu padre el ajedrez artesanal que ha querido durante toda su vida, personalizado con su nombre y fecha de cumpleaños.

El arte es ser la envidia de tus invitados al ver el conjunto elaborado con maderas premium que tienes expuesto en el salón de tu casa.

El arte es comprarle a tu hijo un conjunto a la altura de la ilusión que le pone en las partidas que juega contra sus amigos del cole.

El arte es convertirte en Beth Harmon de Gambito de Dama y ganar al ruso Basily Borgov en la final disputada en Moscú del año 1968.

Vale, es solo una serie, pero… ¿Quién nunca ha soñado?



Si entiendes el arte igual, bienvenido a Chess Is Art.

Ver nuestro ajedrez con arte



PD: recuerda que cientos de personas reales con nombres y apellidos piensan como tú.

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